Hola, esta soy yo. Simplemente yo. Qué más quiero, qué mas necesito para vivir. Nada, nadie, simplemente yo. Qué me hace falta para ser feliz, qué más quiero para seguir mi camino a la realización. Nada, ni nadie. Voy yo, voy caminando. Camino a mi paso, a veces caigo y fracaso, pero nunca retrocedo, no está en mis planes, quiero ir hacia adelante y hacia allá me dirijo. Si me tropiezo me levanto, me limpio y sacudo el polvo y sigo caminando, nunca hacia atrás, siempre con la vista fija en mi meta, mi deseo y mi realización: ser plena, ser feliz.
Las herramientas las tengo, las ganas también. Todo es tan fácil y sencillo, simplemente vivir, simplemente vivir el aquí y ahora. El futuro es incierto, el pasado es irremplazable. En el presente no existe el miedo, es fruto de la incertidumbre que da el pensar en el qué pasaría si… o en el qué tal si… No, aquí sólo existo yo, yo y mis sentimientos, yo y mis pensamientos. Sin embargo esos también pueden ser extras, no forman mi yo, son parte de mí pero se han ido adhiriendo. Debo aprender a ser solamente yo, simplemente lo que soy. Lo que pienso está ahí, lo que siento también, son parte de mi, sin embargo no son yo.
Yo soy yo, le guste a quien le guste, incluso a mí. Soy lo que soy más no lo que tengo, si me quitan lo que tengo sigo siendo yo. Soy lo que soy con todas mis facetas, todos mis yos me forman. Soy dinámica y cambiante, evoluciono y me adapto a las circunstancias que la vida me va presentando en mi camino. El resultado: yo misma.
La vida da muchas vueltas, a veces estás arriba y a veces te sorprende, te sacude y terminas de cabeza. Aprender a girar, a pesar de que te mareé y te den ganas de bajarte de ella, no. Esa opción no es viable para mí. Giro y giro con la rueda de la vida, me mareo, pero en ese momento me detengo, veo dentro de mí, me observo, sin juicios, simplemente observo y me doy cuenta. Sólo respiro, me doy cuenta y me tomo un instante, un momento para mí, para observarme para ver hasta dónde he llegado con tantos giros y vueltas. No hay nada ni bien o mal, sólo momentos que pasan, que me hacen estar donde me encuentro, pero a veces sólo es necesario detenerse, darse cuenta y respirar, para entonces continuar.
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