lunes, 27 de julio de 2015

Bebé

Llegaste a mi vida pero no de repente. Te estuvimos esperando por 9 meses y uno creería que es tiempo suficiente para preparar todo, sin embargo llegas y cambias por completo mi vida, me haces cuestionar hasta de lo que estaba segura. Has llegado a ocupar mi vida, mi espacio, mis pensamientos que me llenan de cansancios pero a la vez de una satisfacción difícil de explicar.

Cuando te vi por primera vez no tenía ni idea de cómo sería. Todo pasó como en un sueño y hasta la fecha me cuesta trabajo creer que entre dos personas creamos a un ser tan frágil que necesita de papá y mamá. Me impresiona lo perfecta que es la creación de la naturaleza y Dios que nos ha regalado la capacidad de cuidar y amar tanto a una personita que se creó de la nada.

Todo el miedo que sentí antes de conocerte sigue dentro de mí con matices de confusión. Eres un pequeño al que amo tanto, pero eres tan frágil y dependes cien por ciento de mí que me asusta un poco. Te has ido adaptando a mí y a papá que vamos aprendiendo desde cargarte, cambiarte, bañarte y juntos hemos formado una hermosa familia en la que desde el día en que naciste ya no somos dos sino tres.

Te veo y no me canso de hacerlo. Tan tranquilo durmiendo, abres tus ojos y sé que me ves, sé que me reconoces y sabes que soy esa persona que te tuvo dentro por meses y que te ama desde antes de conocerte. Lo sé porque tus ojos reflejan amor, ternura y ese ángel que tienes.

Me has enseñado a ser mamá, a soportar los desvelos, a detenerme en mi vida y contemplar la paz que me inspiras, a verte por horas y no cansarme, a tocar tus manitas y piesitos y sorprenderme lo perfecto que eres. Cada día descubro algo nuevo, cada día reafirmo que desde tu llegada estoy en un mundo muy diferente al que estaba acostumbrada a vivir.


Tal vez mis ojeras han crecido desde tu llegada, pero ese cansancio y ese cambio en mi vida tan drástico ha valido la pena, lo he disfrutado con todo mi ser porque sé que sólo son instantes, momentos muy cortos que nunca más regresarán, que el tiempo sigue caminando y que ese bebé tan pequeño que eres pronto será un hombre que ya no necesitará más de mí.

Sólo puedo decir Gracias. Gracias a la vida por darme una gran oportunidad de saborearla, gracias por tener al mejor compañero de vida que va conmigo en esta aventura y que desde que nos casamos me ha enseñado a crecer y gracias a Dios por permitirme vivir todo esto.

miércoles, 20 de mayo de 2015

Hijo

Te siento, te veo cómo te mueves dentro de mí. Me has acompañado por 8 meses a donde quiera que vaya, lo que sea que haga, ahí estas. Ocupas la mayor parte de mis pensamientos y sé que de ahora en adelante así será. Desde que me enteré que venías en camino me morí de la emoción, cada vídeo que tengo tuyo, cada foto que te toman dentro de mí, hace saltar mi corazón y se me llenan los ojos de lágrimas por la emoción que siento, porque eres resultado del amor que tu papá y yo nos tenemos, porque te esperamos con todo el amor que ambos tenemos para darte. Somos inexpertos en todo esto, pero sé que tu papá y yo haremos lo posible para que crezcas en un hogar tranquilo, lleno de amor y de cuidados para que así seas una persona sana, feliz y libre.

Desde ahorita te agradezco por hacernos papás, por cambiarnos la vida, por mostrarnos que se puede amar a alguien que aún no conocemos. Llegaste sin avisar y tal vez estábamos algo desprevenidos, pero sé que éste es el momento indicado, ni antes ni después, ahora es tu momento y me da mucha felicidad que así sea, por algo Dios nos bendice con tu presencia.

No sabes la emoción que tengo por conocerte, por tocarte, por olerte. Ya falta poco para ver tu carita, ¿a quién te parecerás?, ¿cómo serás? No lo sé, pero sí sé que muero por estar contigo y cuidarte. Llegas a un mundo nuevo para ti, has estado protegido en mi vientre por mucho tiempo, pero quiero decirte que el mundo de acá afuera no está nada mal. Mamá y papá procurarán que no te haga falta nada, que con el amor que ya te tenemos crezcas, madures y seas lo que quieras ser, sano y feliz.

No te digo que no sienta miedo, porque sí lo siento. Me da miedo porque así como tú llegas a un nuevo mundo, todo esto es nuevo para mí también. Me pongo nerviosa por tanta incertidumbre que tengo a tu llegada, pero no es por ti, sino por mí misma. Cómo ser mamá, qué hacer, qué no hacer, son cosas que nunca he hecho. Tú me regalas la oportunidad de ser mamá y voy a hacer lo mejor que pueda, de eso no te quepa duda. Que voy a cometer errores, lo sé, que me voy a equivocar más de una vez, también, pero quiero que sepas muy bien desde ahorita que no tengo nada más que amor para darte y sé que en eso no me equivocaré.


Te amo hijo y ya ansío tu llegada.