¿Qué es lo que quiero de la vida?, ¿Realmente quiero una imagen "perfecta" que proyectar a los demás?, Imagen que tarde o temprano se va a terminar, que se va a desgastar. Y ahí, qué me quedaría. Si sólo alimento mi cuerpo, sólo lo nutro y hago fuerte, pero ¿qué hay de mi interior?, cuándo le doy esos nutrientes que como en el cuerpo son necesarios para crecer...
Supongamos que logro esa imagen "perfecta", yo creo que los humanos somos unos seres insaciables e inconformes que buscamos cualquier detallito, cualquier piedrita en el camino para no poder avanzar, pero es más bien querer quedarse estancado a eso de : "no poder...". Se espera que ésa diminuta o gran piedra sea removida. Muchas veces luchamos por ello, otras esperamos que otros nos las quiten, o que desaparezca por arte de magia.
Cuando yo misma lucha para removerla, suelo ser muy estricta. Hasta que no quede rastro de ella puedo estar en paz. Hasta ahorita no he logrado quitarla del todo. Ahí me sigue estorbando, sin embargo yo sé que nadie más me la puede quitar, y también sé que mágicamente no se quitará. Está en mí y sólo en mí tomarla en mis manos, agradecerle el tiempo que estuvo en mi camino, pues aprendí de ella y gracias a ella crecí y maduré más, sin embargo su tiempo en mi camino ya ha pasado; y sabiendo esto, ahora sí podré con fuerza lanzarla lejos, donde nunca más me la vuelva a topar. Sé que de lejos la volveré a ver, pero para ese entonces estará tan apartada de mi camino, que ya no me estorbará más...
Sé también que el buscar agradarles a todos los demás es una tarea además de imposible, agotadora y desilusionante. Vivir para los demás no creo que sea vivir bien, no tengo por qué caerle bien, siquiera agradarle a las demás personas. Son muchísimas, qué cansado! Aparte cada cabeza es un mundo, y yo soy sólo una. Hay infinidad de gustos que tendría que ser tan versátil para intentarlo...Sin embargo, sé que al final me perdería en todos mis Yos, sin saber realmente en cuál de todos está mi esencia; ¿quién soy yo?
Me tengo que agradar primero que todo, a mí misma, ¿me quiero?...complicado...¿me valoro?...buena pregunta....¿Me acepto?...¿Tal cual?...Empezando por ahí, creo que todavía tengo un largo camino. Sé que mi interior es un tesoro, sé que tengo mucho para dar; sin embargo también siento que esas piedras me obstruyen para saborearme, para disfrutarme y valorarme realmente.
Nacer, crecer, morir...ésa es la rueda de la vida. Nacer con un propósito, con un plan que puede resultar completamente opuesto a lo largo del camino. En el trayecto te das cuenta que eso es lo que quieres, no lo pensado, y para eso creo que se debe crecer; no sólo en edad, sino en el espíritu que a lo largo de las experiencias van moldeando la visión, que debe ir evolucionando a lo largo del trayecto. Sino qué desperdicio, pues pronto llegará el momento de morir... y si uno no evolucionó siquiera para alcanzar la meta deseada, creo que el haber pasado por esta tierra habría sido un desperdicio de vida. Si no se está a gusto es momento de hacer algo.
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