domingo, 15 de mayo de 2011

Ella

Todo debía estar bajo control, nada fuera de lo ordinario. Lo planeado: diversión, sólo eso. Pero algo se salió del plan, ella aparentemente no tenía todo bajo control como así lo pensaba.

Después de varios intentos ante una cosa llamada amor, ha quedado temerosa e insegura, pretendiendo que no cree más en eso, fingiendo que por su vida no ha habido nada que la ha dejado lastimada, sin embargo ella sabe dentro de sí misma que la han lastimado, e indudablemente sin quererlo o pensarlo, ella ha lastimado. La tristeza es por algo que se debe pasar. Ésto creo que es buena señal, si te sientes lastimado, significa que te has entregado a algo por lo que has apostado todo. Que no haya funcionado y que se haya detenido duele, pero reconfortante es el hecho de saber que has dado todo lo que eres, lo que tienes y todo lo que sientes.

Al aceptarse lastimada y resignarse a su situación, juró no volver a ser vulnerable con alguién más, se prometió a sí misma que todo sería mera diversión, no sentir para no abrirle paso a la decepción. Ingenuo pensar...no sentir, qué estupidez. Se conoció, se comprendió y se valoró, y al momentó descubrió que el estar a la espectativa de que algo malo sucedería y de esperar algo que saboteara su sentir y su felicidad, hubiese sido un desperdicio de momentos que pudieron ser disfrutables. El ser vulnerable a fin de cuentas no es malo. Al entregarte a las personas como eres y con todo lo que eso conlleva, sí...te puedes encontrar sin armas de defensa; pueden conocer tus puntos fuertes, pero también los débiles, y si quieren te trataran de dañar, pero pueden tratarlo, más no lograrlo si tú no los dejas.

Sigue divirtiéndose, sigue disfrutándo. Dejó de formarse planes que deberían de seguirse al pie de la letra, dejó de preocuparse por el mañana, por las situaciones que de todos modos al final se arreglarán, dejó de forzarse para sentir, dejó de pretender, y se abrió tal cual es. Simplemente, se ha dejado llevar por donde el río de la vida la ha guiado. Ha dejado que todo fluya, lo que no ha salido como ella quisiera lo ha dejado pasar, no se enterca más. Si el curso de la vida decide que hay cosas, momentos y personas que es mejor dejarlas ir, no se aferra. Le duele, si, y a veces más de lo que aparenta y más de lo que se pueda pensar. Pero con filosofía, todo pasa por algo, nada es en vano si se puede sacar un aprendizaje de ahí, y creo que de todo es posible sacar algo, lo que sea para crecer, para madurar y para seguir fluyendo.

El río tiene muchos cauces, existen muchas corrientes dentro de él; hay que aprender a dejarnos llevar por él, pero decidiéndo también nuestro rumbo, no dejarle todo a la corriente que nos puede guiar por lados a donde ni queríamos llegar. Lo que sea para seguir creciendo; para ir de menos a más y evolucionar, dejando atras lo que nos estorba y nos obstruye el camino hacia delante y alimentándonos de lo que verdaderamente importa, lo demás sale sobrando.

Ahora se siente satisfecha, ha dejado de forzarse, y al hacerlo ha descubierto muchas cosas en ella que ignoraba. Dejó de considerarse débil, ahora se permite sentir aún con mayor fuerza. A veces todavía el temor se asoma, pero lo calla con un "si tiene que pasar, pasará...", pensando en que siempre sucederá lo mejor. Le dá tiempo al tiempo, a veces le consume la ansiedad de no saber qué pasará, pero cada cosa tiene su tiempo otorgado, que es necesario. No hay juegos, pero tampoco hay presiones. Todo fluye y todo pasa con calma. Sólo se deja llevar, disfruta, está cómoda, no exige ni se exige, sólo siente. Simplemente ha decidido que es tiempo de vivir y lo más importante: de ser feliz y estar tranquila. Si viene, vendrá y si no, es porque siempre hay algo mejor.

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